Huesca temática

Número 99. Agosto de 2006 English language Menú pfrincipal


c/ Goya, en Huesca

Céntrica, histórica
y tradicionalmente comercial.


     Esta calle, obstenta el nombre del más genial de los pintores aragoneses y uno de los mejores del mundo. Don Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos (Zaragoza) el 30 de Marzo de 1746, iniciando sus primeros pasos artísticos en el taller de dorador que su padre tenía en Zaragoza. Trabajó también en el taller de Luzán y entró en contacto con Francisco Bayeu, quien le facilitó el traslado a Madrid, con el apoyo igualmente de la poderosa familia de los Pignatelli, Condes de Fuentes. De su etapa juvenil destaca el oratorio del palacio de los Condes de Gabarda en Zaragoza, la decoración de la bóveda del Coreto en el Pilar y la cúpula del santuario de Nuestra Señora de la Fuente en Muel. Su obra maestra es la Cúpula Regina Martyrum del Pilar de Zaragoza (1780). Por aquel entonces realiza también la decoración mural de la Cartuja de Aula Dei, cercana a Zaragoza.
      Retratista cortesano y regio (La Familia de Carlos IV), también sabe captar la vida popular (La Pradera de San Isidro y la serie de grabados La Tauromaquia). Pero será la guerra de la Independencia quien le marcará una huella que, junto a su progresiva sordera, tenderá a agriar más y más su carácter. Su humor negro, manifestación de un mundo vesánico y extraño, se había hecho patente ya en los Caprichos, pero ahora reflejará todo el desgarro y el dolor de sus vivencias en la serie de Los Desastres, o en los Fusilamientos; su trasfondo surrealista quedará patente en las pinturas de la Quinta del Sordo. Tras su exilio en Francia, fruto de su constante insatisfacción y rebeldía, muere en Burdeos el 16 de Abril de 1828.
      La calle de Goya se le conoce popularmente -aún hoy- como el Alpargán, en recuerdo de la antigua puerta de este nombre que allí existió, y que fue uno de los accesos a la ciudad, procedente del camino del Este que cruzaba el Isuela y atravesaba la Morería (c/ Lanuza). El arco todavía se conservó hasta 1878, fecha en que fue derribado. La calle del Alpargán fue mucho más estrecha y angosta, puesto que en el lado de la Correría se alzaba la iglesia del Espíritu Santo. Precisamente detrás de ésta, hacia la mitad de la actual calle, estuvo antiguamente la plazuela de San Julián, donde hubo mercado al menos en el siglo XV, y cuyas casas adyacentes eran tributarias de la Cofradía del mismo nombre, radicada en la iglesia de Sancti Spiritus. En 1877 hubo polémica por el posible cierre de esta calle -llamada entonces de Mozárabes- mediante pilones, y así impedir el tráfico de caballerías y carruajes, debido al mal estado en que se encontraba esta vía pública.
      Es una calle rectilínea, con mínima desviación, que comenzando en el Coso Bajo, termina en el tercio final de la calle de Ramiro El Monje ("La Correría"), justamente donde se encontró durante años la farmacia de D. José Antonio Llanas Almudévar, alcalde que fué de Huesca entre los años 1979-1983. En esta parte, precisamente, la calle resulta más ancha, provocando la sensación de que intentara ser una minúscula plazuela, a pesar de sus diminutas proporciones, si no fuera porque las aceras permiten -en ambos lados- el estacionamiento de vehículos.
     La calle no resulta excesivamente larga; tan apenas 20 números en los pares. Pero a pesar de ello, ha conseguido dar mucho juego, logrando un importante protagonismo histórico, muy marcado ya desde antiguo por sus actividades comerciales. La importancia de sus vecinas calles y plazas, se ha significado en la calle de Goya, ya que las Plazas de López Allué (antiguo mercado) y la de San Pedro, han ejercido gran influencia haciendo de esta calle, un paso obligado para llegar a ellas. Lo mismo sucede si lo que pretendemos es ir a la plaza de la catedral desde el Coso Bajo; en tal caso iremos por Goya - Pza. de San Pedro - S. Salvador - Las Cortes - Catedral. Es pues, una calle totalmente integrada en el casco antiguo de la ciudad, que pertenece a la parroquia y barrio de San Pedro el Viejo.

     Otro influencia histórica, la constituye la proximidad a la calle de Lanuza, donde residieron tradicionalmente buen número de hortelanos que propiciaron, en gran medida, la proliferación de comercios de alimentación y verdulerías. Pero en la calle de Goya, han habido comercios de distinta clase: ultramarinos, carnecerías, fonda, ferretería, herrería, almacén de hielo (en pasaje Nevería), muebles, panadería y repostería, peluquería, textiles, manualidades, enmarcaciones, autoescuela, regalos, joyería, agencia de viajes, reparación de calzado, pub, .....
     En lo que es un pub, estuvo "casa Navalés", que fueron unos ultramarinos. En el primer piso, vivía la Sra. Vicenta, quien tenía un lorito -llamado Pedrito- que hablaba a los viandantes y que con frecuencia se escapaba, obligando a su captura repetidas veces; generalmente en la manguera de tendido eléctrico que cruza la calle.
     En la Travesía del Cisne, estuvo la carnecería Gil Jalle cuyo primer propietario fuera D. José Gil; luego sería Carnicería Paúles, para hoy ser tienda de textiles (Cortinas Nativel). En frente, la herrería del Sr. Bergua, que está ocupada hoy por El Partidero. El taller de artesanía L'Alpargán, fueron unos ultramarinos, como la próxima tienda de ropa de cama y mesa, Candela Murillo -en el nº 9-, fué antiguamente una verdulería, de la familia Lera. Donde está hoy Donald y sus amigos -tienda para niños- estuvo La Española, popular establecimiento de Hospedaje, Bar y Fonda.
      Al principio de la calle, y esquina Coso Bajo, en los números pares (en lo que fué Argenta), existió la Casa del Fumador, único establecimiento de estas características en Huesca. A continuación, se encontraba Casa Toribio, peculiar y diminuta tienda de encurtidos a granel (pepinillos, cebolletas, aceitunas, ...), tan popular, que con frecuencia había que guardar cola en la calle. Más arriba, esquina a la calle La Palma (pasaje), Larroche, que fue bar y Peña, de los primeros en tener futbolines en Huesca. Posteriormente se instalaría una droguería. De estos establecimientos, hoy no queda ni rastro.

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      Hay gran surtido comercial de la calle Goya. En los números pares, encontramos:
Muebles Gabarre, Novedades Bernabé (Tejidos), Silvia Llorente (artesanía de la plata), Pan y Repostería Santolaria, Enmarcaciones El Partidero, reparación del calzado KIKO'S, Musical Pardo, Frutas Goya. Hortalizas, El Barato (ropa de vestir), Glauka (Agencia de Viajes). En los números impares: pastelería Soler (solo escaparate), Regalos Gabarre, Autoescuela Goya, Argenta (platería), Candela Murillo (ropa de cama y mesa), Artesanía el Alpargán, Cortinas Nativel, Donald y sus amigos y Pub Bugalú (hoy cerrado)
     De los más veteranos, fué la Ferretería Pardo, con orígenes en 1934, si bien su fundador D. José Pardo Turón, parece que dos años antes, tuviera el comercio instalado en lo que hoy es Nativel. Regentada ya la ferretería por D. José María Pardo Sánchez (hijo del fundador), se amplió con una sección de instrumentos musicales, que es lo que actualmente se conoce como "Musical Pardo". La ferretería como tal, desapareció en la última década del siglo pasado.

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Julio BriosoManuel Tomé  Ver fotografías de este artículo .... * "Las Calles de Huesca", por J. Brioso y Mayral
** Manuel Tomé Bosqued


    Galería fotográfica de la Calle Goya, de Huesca


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