Huesca temática

Número 90. Noviembre de 2005 English language Menú pfrincipal


L'Aínsa

Paisaje e Historia
en la comarca del Sobrarbe.

     Villa de la provincia de Huesca, capital de la comarca de Sobrarbe. Tiene alrededor de 800 habitantes. Su altura es de 589 metros sobre el nivel del mar. Dista de Huesca 118 kilómetros. Gentilido: ainsetano.
      Hay que llegar al corazón del paisaje y de la historia. La ruta es profundamente evocadora, de Huesca a Barbastro y de Barbastro a El Grado. Luego, Naval, Abizanda, Samitier, Mediano sumergido en las aguas ..... El legendario reino de Sobrarbe se abre en amplia panorámica, con sus setenta pueblos agrupados en veinte municipios. "El nombre de Sobrarbe -explican los historiadores- se debe a que esta región estaba sobre la sierra de Arbe. Se extendía desde las riberas del Cinca hasta Alquézar". Sobre Arbe, pues, para llegar a la contracción definitiva de Sobrarbe.
     Pero está comprobado que el paisaje y la historia no bastan para retener a los hombres, porque la zona perdió habitantes de manera alarmante. Tanto, que la densidad de población llegó a alcanzar apenas los tres habitantes por quilómetro cuadrado. Sin embargo, queda La Ainsa en lo alto, sobre las rocas triunfantes, en la confluencia de los rios Cinca y Ara, el segundo tributario del primero, contemplando cómo las aguas se funden en un beso interminable, lánguido y profundo, como el discurrir de los siglos. La Aínsa, con el artículo por delante, porque esta es la toponimia correcta, o bien L'Aínsa, en atención a que la fabla todavía conserva en el lugar un pequeño reducto.
     Dos calles y una plaza singular, junto al castillo, dan vida al primitivo casco urbano que preside el paisaje soberbio y grandioso, enmarcado en el horizonte que cierran las majestuosas cumbres de la Peña Montañesa, o de las Tres Sorores, o de las Tres Marías, o de la sierra de las Tucas. Depende de la dirección que uno elija, porque La Aínsa es el centro que irradia en torno para multiplicarse en rutas que a buen seguro tentarán al viajero: Bielsa y Pineta, Plan y San Juan de Plan (Gistaín y Gistau), valle de Benasque (por Foradada de Toscar, la sombra gigantesca de Monte Perdido como fondo), Boltaña, Broto, Biescas, en la denominada ruta pirenaica que incluye el parque nacional de Ordesa.
      Queda dicho que se trata de la antigua capital del legendario reino de Sobrarbe. Lo de legendario viene a cuento porque del hecho sólo ha quedado como testimonio la leyenda de San Juan de la Peña, y los modernos historiadores ponen en duda la existencia de este reino. El caso es que, según la leyenda de San Juan de la Peña, García Jiménez (o Garci Ximénez) fue nombrado primer rey de Sobrarbe, y como tal decidió atacar a los moros en La Aínsa. Éste es el relato que nos ofrece José Augusto Sánchez Pérez en su libro "El reino de Aragón":
      "García, al frente de sus 300 soldados, cayó por sorpresa sobre Aínsa, aprovechando las sombras de la noche, y a la mañana siguiente arengó a sus tropas, les aseguró que la Divina providencia estaba de su parte por haber visto una cruz sobre un árbol de encina, les ordenó que implorasen a Dios y a San Juan Bautista y se lanzó con ellos a nuevas incursiones por los poblados próximos y a fortificar la ciudad de Aínsa, declarándola capital del reino de Sobrarbe. A esta tradición se debe el que en el escudo de Sobrarbe exista una cruz roja sobre una encina, y que, como se ha de ver más adelante, sea éste uno de los cuarteles del histórico escudo de Aragón. García Jiménez reinó desde el año 716 hasta que murió en 758, y nunca usó el título de rey de Aragón, aunque ha habido historiadores que lo han afirmado. Fue enterrado en el santuario de San Juan de la Peña".
     La cruz de Sobrarbe se ofrece en forma de monumento, a dos quilómetros de la población. Aínsa aparece citada, históricamente, en 1055; sin embargo, su verdadera documentación histórica empieza con el fuero de la repoblación otorgado por Alfonso el Batallador en 1124. El primitivo castillo data también de esta misma época, si bien luego se vió ampliado con una fortaleza de principios del siglo XVI. Entre sus tenentes hay que anotar a Beltrán de Labarsa, Pelegrín de Castellazol y Berenguer de Atienza, entre los años 1135 y 1190. A partir del siglo XIII la población experimentó un extraordinario esplendor y recibió los mismos privilegios que Jaca, por lo que se convirtió en cabeza de la suprajuntería de Sobrarbe, con Boltaña como aldea suya.

     Guitart Aparicio nos ofrece la siguiente descripción: "Villa amurallada y excelentemente emplazada, tuvo categoría de plaza fuerte desde los últimos años del reinado de Felipe II, con objeto de defender la frontera pirenaica de las irrupciones de los hugones franceses. Un documento de 1593 registra la presencia del ingeniero italiano Tiburcio Spanocci -tracista de la ciudadela de Jaca y de la barrera de la Aljafería de Zaragoza-, que visitó Aínsa y Benasque por orden de Alonso de Vargas, general de Felipe II. Así surgió la gran fortaleza que vemos, a costa de derribar sesenta casas de la villa, y estaba terminada en 1610, a juzgar por el testimonio de Labaña."
     Abajo, en la llanura, el viajero se encuentra con el casco moderno de La Aínsa, donde se levantan los edificios de apartamentos y se abren las tiendas para turistas, con sus puertas de par en par. En verano parece un lugar de playa. Arriba, enriscado, el casco antiguo forma conjunto monumental con la singular fortaleza. Son, pues, dos cascos urbanos perfectamente diferenciados. En la altura mandan la historia y el arte todavía, con el patio de armas del castillo que marca la dirección de la grandiosa plaza mayor -la de España-, una de las más antiguas del país entre las porticadas, con porches de estilo romanico-gótico. Los edificios de piedra cantan el eterno poema de los tiempos. En la Casa Consistorial se abre el arco de acceso a la calle Mayor. Por otro de los ángulos se asoma la torre románica de la iglesia parroquial de Santa María de Bull, antigua colegiata. El singular conjunto histórico-artístico -declarado así en 1965- se ofrece acertadamente restaurado por la Dirección General de Arquitectura, según el estudio y directa supervisión de Francisco Pons Sorolla.
  Una de las puertas de acceso al casco antiguo
      Dos calles orlan la plaza: la de Gonzalo I y la de Santa Cruz. En su confluencia se remansa una placeta que recibe el nombre del Salvador. Quedan en pie los arcos de la Escalereta y del Hospital, además del ya citado de la plaza Mayor, y los portales de Fontela, de Abajo y de Afuera. Hay otro, junto al castillo. La iglesia fue consagrada en 1181. Su construcción se inició a finales del siglo XI y concluyó en la segunda mitad del XII. El 30 de Marzo del año 1974 se procedió a la consagración del altar mayor y de la cripta, el primero en honor de Santa María, y el segundo, en el de la Santa Cruz. Además de la cripta, tiene gran interés el claustro, donde se conjugan los estilos románico y gótico en su plena pureza. Todo el conjunto histórico-artístico merece una detenida y atenta visita. La descripción no puede suplir, en este caso, cuanto depara la realidad.
     La Aínsa celebra el dance de "La Morisma", dedicado a la fiesta de la Santa Cruz, el 14 de Septiembre. Es un dance singular, diferente de cuantos existen en Aragón, que guarda gran semejanza con los del reino valenciano en sus representaciones de moros y cristianos. Aun con influencia de las clásicas pastoradas, en el espectáculo aparecen el mismísimo rey Garci Jimenez, el general moro, la reina mora y la reina cristiana. No faltan, como es lógico, el rabadán y el mayoral, además del pecado, aliado de Lucifer, y el ángel. Se narra la batalla contra los moros, en la que Garci Jiménez vio una luz en el cielo, y aparecen en el texto las villas del antiguo Sobrarbe, tales como Labuerda, San Vicente, El Pueyo, La Fueba, Banastón, Araguás, Cagigosa, Labayo y Montpellier. Se finge, en una batalla, la conquista del castillo, y un pastor anuncia que parte para Jaca y San Juan de la Peña a comunicar la victoria a los cristianos.
     El simulacro de la batalla es largo, con intervención de dos ejércitos y sus generales a caballo. La Ainsa celebra anualmente, del 13 al 17 de Septiembre, sus fiestas en honor a la Exaltación de la Santa Cruz. Pero cualquier ocasión es buena para justificar la la visita.

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