Somontano:
una Denominación de Origen
En la actualidad casi todo el viñedo
de Huesca se encuentra en el Somontano, pero hace 100 años se cultivaban
en toda la provincia unas 52.000 hectáreas, tantas como ahora en
todo Aragón, de las cuales 13.700 estaban en el partido de
Barbastro, 20.000 en la comarca actualmente conocida como Hoya de
Huesca, y cerca de 7.000 en Sariñena y Benabarre respectivamente.
No obstante, hace 150 años la superficie era aproximadamente la
mitad, repartida prácticamente por toda la provincia, porque el
vino era una bebida de primera necesidad y las malas comunicaciones
obligaban a todo el mundo a ingeniárselas para abastecer sus necesidades,
aunque las condiciones climáticas no fueran las más apropiadas para
la vid.
El vertiginoso crecimiento del viñedo
en la segunda mitad del siglo XIX se debió, como ya se ha comentado
tantas veces, a la destrucción de los viñedos en Francia por la
aparición de la filoxera y, por consiguiente, al aumento
de las exportaciones de vino a ese país. Entre los años 1880 y 1886,
la provincia de Huesca venía a exportar por ferrocarril
una media de 300.000 hectolitros, más el volumen que salía a Francia
en carros por el Somport hasta el mercado de Olorón. En aquellos
años se establecieron en Barbastro hasta catorce comerciantes para
comprar el vino de la zona y venderlo fuera; uno de ellos fue el
francés Félix Lalanne, de la localidad bordolesa de Barsac.
Los Lalanne se quedaron en Barbastro, donde compraron una finca
en la que plantaron viñas y construyeron una bodega siguiendo el
más puro estilo de Burdeos.
Cuando los franceses superaron la
crisis de la filoxera cerraron las importaciones de vino; como en
toda España, en el Somontano empezó a sobrar vino por los cuatro
costados del mapa coincidiendo, poco después, con la aparición
de esta terrible plaga en España. En zonas como Cariñena, más dependiente
del vino, volvieron a plantar nuevas viñas pero en Huesca, tal vez
con más posibilidades de cultivos alternativos, abandonaron la vid.
Entre 1900 y 1914 se dejaron de cultivar en toda la provincia unas
35.000 Ha y en 1930 Barbastro se había quedado con sólo 1.900 Ha.
Habitualmente los viticultores, utilizando unas técnicas muy rudimentarias,
elaboraban el vino en sus propias bodegas para venderlo después
a los comerciantes. Las relaciones entre ambos. normalmente nunca
han sido fáciles, sobre todo cuando la oferta ha sido mayor que
la demanda, como ocurría en España después de la Guerra Civil de
1936.
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Esta situación Ilevó
a los propios viticultores a crear bodegas cooperativas mejor dotadas
para la producción y venta del vino sin intermediarios; aunque
en el Somontano, tal vez por la reducida importancia de la vid en
aquellos momentos, existía menos interés en asociarse y costaba
más ponerse de acuerdo. El doctor Antonio Aznar consiguió
unir las voluntades para fundar la Cooperativa en 1964.
El propio Dr. Aznar, quien fue nombrado presidente de la cooperativa;
solicitó en 1968 el reconocimiento de la Denominación
de Origen Somontano, aunque fue en 1980 cuando se constituyó
el Consejo Regulador provisional con la finalidad de establecer
las bases y elaborar el reglamento. Por entonces la junta rectora
de la cooperativa dio un impulso a la gestión y Luis García
Barbero, como director gerente, y Pedro Escudé como enólogo, impulsaron
la entrada del vino del Somontano en el futuro, con el Señorío de
Lazán como buque insignia, a partir de variedad tradicional Moristel
que supieron utilizar de forma eficaz en la comunicación
como elemento diferenciador.
El prestigio de Lalanne y la eficaz
comercialización de la cooperativa, hicieron que el vino
del Somontano sorprendiera en los mercados. De pronto las revistas
especializadas empezaron a hablar de este vino creándose unas expectativas
halagüeñas en la zona, que atrajeron a inversores de fuera. En 1984
se reconoció oficialmente la Denominación de Origen
y en 1986 se creó Viñas del Vero, con una concepción
californiana del negocio del vino a partir de variedades muy popularizadas
como la Cabernet, Merlot, Chardonnay, etc., cuyos vinos eran muy
demandados en aquellos momentos por un estrato de consumidores con
alto poder adquisitivo. A principios de los años 90 se creó
Enate con una idea elitista del vino de alta gama asociada al arte
y, de las cinco bodegas existentes cuando se creó el Consejo
Regulador, se ha pasado a once en la actualidad; y otras están en
proyecto.
El Somontano se ha sabido aprovechar
de la actual tendencia de las variedades extranjeras para posicionarse
en los mercados, pero no por eso se han olvidado de sus raices.
Ahora mismo, junto al Centro de Tecnología Agroalimentaria del Gobierno
de Aragón, está involucrado en un proyecto de selección
y recuperación de las variedades tradicionales Moristel y
Parraleta, y Bodega Pirineos ha puesto en marcha un estudio pionero
en España, destinado a conocer los terruños con capacidad para producir
la máxima tipicidad en los vinos de "terroir". Pero el prestigio
actual de los vinos de esta Denominación de Origen no sólo
ha tenido repercusión en el desarrollo de la zona. Además,
el Somontano ha desempeñado un importante papel en el desarrollo
del resto de vinos de Aragón.
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