Huesca temática

Número 3. Junio de 1998. English language Menú pfrincipal

El Barrio de la Universidad

 

El sector Norte de la ciudad, dentro del recinto amurallado, se caracteriza por la permanencia de grandes edificios y de amplios espacios sin edificar. Por ello, la población siempre escaseó allí. Se ignora que clase de edificaciones se levantaron en estos lugares antes de la dominación árabe, pero es conocida la abundancia de sillares de grandes proporciones y tosco corte, utilizados en edificaciones, muros y tapias. No obstante, su primitivo destino, queda sin fechar. Puede suponerse que su procedencia esté en un antiguo recinto amurallado que coincidiría con las actuales calles de Desengaño y Pedro IV, y que ya existía en la época árabe.

De la época romana, se han encontrado restos de edificios, en lo que fué Hospital de Nuestra Señora de la Esperanza. Podría ser que en este sector hubiera construcciones romanas con el carácter de servicios públicos, y tal vez recreativos. Es sabida la costumbre árabe de construir sobre edíficaciones anteriores, transformándolas y adaptándolas a sus usos y necesidades, con lo que se servían de ese material de derribo. Por lo tanto, es posible que la localización de la Zuda, no solamente respondiera a planteamientos estratégicos, sino que fuera también condicionada por la existencia de importantes construcciones (en este caso, romanas) y por la abundancia del material porporcionado por ellas.

Plaza de la UniversidadTras la presencia de los árabes, en este sector Norte de la ciudad, se levantaría el Palacio o Residencia Real, quizá en lo que fueron jardines o plaza de la Zuda. Al Norte, y vinculados a la muralla, hubo edificios de carácter militar; y entre estos y el Palacio Real, una Orden militar levantó su iglesia y algunas casas.

Tras la fundación de la Universidad, a mediados del siglo XIV, y conforme la Edad Media iba avanzando, el barrio fué cambiando su carácter militar por el de un ambiente intelectual y de estudio. Con exactitud, no se sabe dónde se impartieron las primeras lecciones, pero hay motivos fundados para creer que fué en el propio Palacio Real -en el patio de armas-, donde estuvieron las aulas. La presencia de la Universidad, motivó la edíficación en su alrededor, de edificos relacionados con ella. Un Hospital y el Seminario, añadieron nuevos matices a la actividad desarrollada en este barrio. A mediados del siglo XVII, una ermita (la de San Andrés), se sumaría a las ya numerosas iglesias y capillas que había en sus proximidades. Resultado de todo esto. fué una variada actividad: militares, religiosos, estudiantes, sanitarios, ... que nos da una idea de lo que el barrio fué.

No resulta fácil seguir la evolución urbanística de la zona antes de construir la Universidad, y no son apreciables con claridad los posibles vestigios que puedan quedar de la Zuda árabe. Se sabe que la Iglesia de Santa Cruz fué edificada allí y sin duda, aportarían datos esclarecedores el estudio de los edificios que componen la parte más antigua del Seminario. El trazado de su planta, el grosor de los muros, la presencia de contrafuertes, e incluso caprichosas alteraciones de alineación, hacen pensar en épocas remotas. Todo él, está edificado en torno a un patio central que tiene un aljibe. La fachada que da al Este, tiene un saliente con forma cúbica de construccíón moderna, que en su interior alberga una escalera, pero que bién pudo ser levantado sobre planta o trazado anterior; quizá sobre los restos de una antigua torre árabe.

El plano del siglo XVIII, presenta la manzana del Seminario con una urbanización completamente distinta a la actual: irregular en el trazado y sin planificación previa. Es sabido que desde mitad del siglo XII, se fué construyendo un pequeño barrio en lo que había sido la Zuda, pero no se sabe hasta qué punto se tuvo en cuenta el trazado anterior. No obstante, otras actividades principalmente bélicas, no les permitía pensar en urbanizaciones y dado que no existía aún un concejo municipal maduro y vigilante, posiblemente se sirvieron de trazados y dependencias anteriores, conservando así esa apariencia de edificación irregular, con volúmenes yuxtapuestos, tan típicas de los árabes. De ser esto así, el plano del siglo XVIII daría una remota idea del lugar donde estuvo la Zuda.

Dado que la Zuda fué donada a la Abadía de Montearagón, difícilmente se pudo levantar en el mismo lugar el Palacio Real, sino que este último estaría instalado cerca de aquella; quizá en el jardín, más aún si pensamos en el poco aprecio que por la jardinería, tenían esos conquistadores, más ocupados en hacer la guerra que en solazarse en vergeles. El Palacio Real pués, se levantó en las proximidades de la Zuda y consistió en una gran torre de planta exagonal y de un bloque de alargadas proporciones. Hubo otros edificios de menor tamaño, que serían los que andando el tiempo, se destinarían a aulas de la Universidad. Todo ello estuvo en un gran recinto amurallado, pero descubierto.

El aislamiento que el edificio requería por razones tácticas, y por tanto, la prohibición de construir en sus cercanías, es lo que generó los espacios libres y las plazas que hay en su alrededor. Por otra parte se sabe que desde muy pronto, algunas procesiones pasaban por debajo del arco situado en la parte Norte y apoyado en la torre. Esto constituye un indicio de que por esta parte hubo calle y, por lo tanto, ésta limitaba la expansión del Palacio.

Al norte de este Palacio, se situó la encomienda militar de San Juan de Jerusalén. Al igual que la orden del Temple, precisaba de edificaciones fortificadas, por exigencia de su forma de vivir y por la expresión de su forma de ser. Por todo ello, tanto su iglesia como la del Temple tenían el carácter de fortaleza. Su proximidad al Palacio Real quizá no fuera fortuita; pero sin duda alguna, no lo era el que estuvieran situadas cerca de la torre y que los edificios con un carácter militarista, se hallaban en la muralla en una época en la que no existían ejércitos permanentemente acuartelados.

Ya en el siglo XV se construyó el Hospital de Nuestra Señora de la Esperanza, cuando probablemente la plaza todavía no existía o sería más pequeña, por estar ocupada por el patio o el recinto amurallado del Palacio Real.

Son algo posteriores a la fecha de la fundación de la Universidad, las noticias que aseguran que algunas de sus disciplinas se impartían en dependencias del Palacio Real. Se sabe que a principios del XVI se hicieron obras de adaptación y reforma en los locales que servían para la enseñanza. Sin embargo, eran varios los edificios de la ciudad que servían para dar las clases de la Universidad. Fue a final del XVII, cuando se proyectó y realizó un nuevo edificio de gran interés arquitectónico y urbanístico. Se levantó sobre el antiguo patio del Palacio, y fué incorporado al nuevo proyecto, parte del edificio palaciego que con anterioridad había sido transformado en teatro. El proyecto que diseñó Artiga era mucho mayor y más ambicioso que el que en realidad se realizó. Este es más reducido y de menores proporciones, pero mantiene lo que de original y distintivo tenía aquél: la planta octogonal cerrada y descubierta, según solución que hasta entonces sólo se había proyectado para ciudades y puertos, y que, por supuesto, no se había empleado al menos en España.

El proyecto de Artiga no sólo tiene interés desde el punto de vista arquitectónico, sino también desde el urbanístico, al incluir una reestructuración unitaria de la plaza según criterios de la época que, obedecían a cánones barrocos. En su conjunto cobraba especial relieve la gran fachada proyectada para la Universidad, pero no sólo no se remodeló nunca la plaza, sino que ni siquiera se construyó la fachada tal como Artiga la proyectó. En su lugar, se hizo una más austera de carácter conventual, en sintonía con el resto de edificaciones típicas de la ciudad. Las sucesivas transformaciones urbanísticas que iba experimentando la zona, continuaron en el siglo XIX con un signo de destrucción. En la segunda mitad del mismo siglo, y tal como estaba ocurriendo en otras zonas de la ciudad, se hicieron desaparecer calles y edificios, no siempre con visión de pasado y planteamiento pragmático. De este modo, se derribó la iglesia de San Juan, construyéndose en su lugar, una plaza de toros (en el año 1850. Desaparecieron las casas y la calle que había entre ella y el Palacio Real, y en su lugar se construyó un cuartel. El seminario fue rehecho por completo, extendiéndose sobre las calles y manzanas que ocupaban el espacio que hoy es su terreno. En esa ocasión desapareció el arco que cubría la llamada calle del Seminario a su entrada desde la plaza. Desaparecieron también las calles del Seminario y Santa Cruz, que se cruzaban entre sí, y se le dió al edificio la fachada que hoy tiene.

La plaza de toros que entonces se edificó tuvo forma poligonal. Al eliminar la calle que rodeaba la parte norte de la Universidad, se anuló el carácter de edificio exento con que éste fue edificado y que felizmente recuperó Ya en este siglo, nuevas reurbanizaciones han transformado varias veces la zona. En 1920 se derribó la plaza de toros, y posteriormente se amplió el cuartel de San Juan eliminando la calle que hasta entonces los separaba. Más recientemente, desapareció el cuartel y se construyeron bloques de viviendas. La plaza de la Universidad fue urbanizada y el Hospital que en ella estaba, fué derruido. La franja que recorre el interior de la muralla queda sin edificar, prácticamente igual que cuando se construyó ésta. Entonces quizás se reservó para poder recoger el ganado en caso de asedio. Ya en el siglo XVII se levantó la ermita de San Andrés en las llamadas eras de Cascaro, pero ningún vestigio de ella ha llegado a nosotros.

IGLESIA DE SANTA CRUZ: Se erigió bajo este título tras la conquista de la ciudad, en los terrenos donde estaba la Zuda árabe. Inicialmente fue donación hecha al monasterio de San Ponce de Tomeras, pero acabó siendo propiedad de la abadía de Montearagón, ya que el rey Don Pedro se vió en la necesidad de verificar las donaciones prometidas a aquellos monasterios y al mismo obispo de Huesca. Muchos documentos (que se remontan a principios del XII), testifican que en sus alrededores se fué construyendo un pequeño barrio y que en el siglo XII (o quizás antes), ya constituía parroquia.

Las casas contiguas a la iglesia, fueron hospedería y enfermería del abad y de los canónigos de Montearagón, hasta que esas casas y la misma iglesia, fueron destinadas para Seminario, ya a fines del siglo XVI. En esas mismas casas, hubieron muchas veces Cortes Generales del Reino de Aragón. De todo ello queda la iglesia, que es de una sola nave con ábside circular, todo de sillería de principios del s. XII. Desaparecieron la bóveda y el muro de poniente, que es donde debió de estar la portada.

Universidad y  c/. Quinto SertorioPALACIO REAL Fué residencia de los Reyes de Aragón cuando aquellos estuvieron en Huesca. Los edificios que lo componían se construyeron a fines del siglo XII y principios del XIII. Este conjunto debía ofrecer un majestuoso aspecto, como se deduce de la descripción que hace Zurita y de la admiración que este autor manifiesta. En la actualidad, quedan de él dos edificios unidos entre sí. Uno de ellos, el más grande y alargado, en el siglo XVII fué transformado en su interior, suprimiendo las distintas plantas que pudo tener. En su lugar fué hecha una gran sala destinada a teatro o paraninfo de la Universidad. El otro edificio es una torre exagonal interesante, tanto interior como exteriormente. En su aspecto externo, se asemeja a la torre de San Pedro el Viejo, que es también exagonal con la diferencia de que, mientras ésta tiene todos los lados iguales, aquélla presenta dos de los lados más largos, que dan al conjunto una planta alargada. Interiormente, esta planta origina dos ábsides en cada una de las dos cámaras conservadas. La de abajo se denomina la Sala de la «Campana de Huesca», aunque nada tiene que ver con este hecho, puesto que su construcción fué mucho después de que muriera el rey Ramiro el Monje. La Sala superior, denominada de «Doña Petronila», es un interesante recinto rodeado de arcos ciegos sostenidos por capiteles historiados. El conjunto, en lo que a nosotros ha llegado, es una interesante muestra de arquitectura civil de época románica. Sin duda alguna, esta torre era algo más alta y estaba rematada por almenas, dato que no se ha tenido en cuenta en la extraña res tauración que se ha hecho del exterior.

Estos dos edificios constituirían el núcleo principal del Palacio Real. Había en sus proximidades otras edificaciones de menor categoría, que son las que se destinarían posteriormente a aulas de la Universidad, Todo esto estaría incluido o formaría parte de un gran patio, que a su vez, se vería rodeado `por un muro.

TORREON: El torreón que, cerca de la puerta Sircata, la protegía en posición avanzada con respecto a la muralla, estaba unido a dos edificios que en el siglo pasado se llamaban «los cuarteles», y que aparecen al fondo (tras la iglesia de San Juán) en el grabado que de esta iglesia hizo Parcerisa para la obra de Quadrado. Madoz dice que su fábrica era de piedra, de dos pisos uno y de uno el otro. Él pensaba que habían sido restos de habitaciones del Palacio. No se tiene noticias exactas del papel que el torreón y estos edificios desempeñarlan en la defensa de la ciudad. Arco Garay piensa que desde ellos se organizaba la vigilancia y reparto de hombres por toda la parte superior de la muralla. Estos edificios han desempeñado provisionalmente el papel de cárcel y manicomio. En la actualidad, transformados y adaptados, sirven para residencia de ancianos.

IGLESIA DE SAN JUAN: Hubo dos iglesias. La segunda, según el plano del siglo XVIII y el grabado de Parcerisa, quedaba en la calle de la Zuda paralela a la misma y orientada al Este. La primera, según la descripción de Aynsa que todavía la vió, quedaba al Norte de la otra.

La que se construyó en segundo lugar era más bien pequeña. Toda ella, de sillería con bóveda de cañón, que probablemente sería apuntado. Sobre ella, y a la altura del crucero, había una extraña torre de clara influencia oriental. No parece que tuviera contrafuertes, lo que hace suponer que sus muros serían extraordinariamente gruesos, a fín de poder repartir los empujes que la torre ejercería sobre ellos.

Aynsa habla de dos puertas, una que llama antigua y otra que salía al cementerio y que, por lo tanto, estaría colocada al Norte. En esta última, estaba inscrita la fecha 1.204, que era la de consagración y que da una aproximación para datar el edificio. En tiempos del Padre Huesca esta puerta se había cegado y junto a ella se había abierto otra. La iglesia tuvo coro en alto, según la descripción de Aynsa, y en uno de sus muros muros había un túmulo pequeño sostenido por ménsulas en forma de león.

Junto a esta iglesia estaba la otra, que era más antigua y tenla 18 sepulcros policromados, en dos de los cuales había pintada una campana sin badajo. En las proximidades hubo un Hospital. El conjunto perteneció a la encomienda de San Juan de Jerusalén, que se estableció en Huesca a mediados del siglo XII.

HOSPITAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA: Estuvo hasta hace poco en la plaza de la Universidad, en frente de la misma, y se erigió en la primera mitad del siglo XV. En el año 1.600 se hicieron importantes reformas, construyéndose una gran sala para enfermos sobre la iglesia, y otra para peregrinos y transeúntes. Aynsa nos habla de las condiciones higiénicas de esa sala: "... Consistían en una ventilación permanente debido a una gran ventana que había en cada uno de los lados menores, Oriente y Poniente". Puntualiza que los enfermos no pasaban frío porque estaban convenientemente retirados de la corriente. Habla también de las camas, que tenían un dosel. Por lo tanto, se puede pensar que de él colgarían las correspondientes cortinas que envolverían toda la cama.

Al sur de la iglesia había un patio con pórtico adintelado con seis fuertes columnas de piedra. La iglesia, que primitivamente era de tres naves separadas por columnas poligonales, fué transformada en iglesia de nave única con profundas capillas comunicadas entre sí. La bóveda era baja, de cruceria. Sobre la puerta hubo un interesante timpano.

UNIVERSIDAD: Fué fundada por Pedro IV en 1.354. Se sabe poco de la organización y funcionamiento en su primera época. Este periodo coincidió con las epidemias y guerras del siglo XIV, que redujeron considerablemente la población y debilitaron los recursos. Cien años después de su fundación, Juan II tuvo que reimpulsarla, pues casi había desaparecido.

Arco Garay piensa que en esa primera época, ya se darían las clases en dependencias del Palacio, pues por entonces, los reyes iban poco a Huesca. A principios del siglo XVI, las cosas iban mejor, pues se hicieron algunas reformas en las clases donde se impartía Gramática. A mediados del mismo siglo, fué necesario comprar algunas casas en la plaza de la Zuda, con vistas a la ampliación.

A finales de siglo se pensó en hacer obras importantes, pues las aulas eran insuficientes, no había teatro para públicos, teniendo que usar para ello, la iglesia del Hospital; se carecía de espacio para la enseñanza de Artes y Filosofía, así como para la librería, el archivo, consistorio y cárceles. No había tampoco aposentos para el bedel. Las obras se comenzaron a principios del siglo XVII y duraron hasta 1.638 en que se terminó el teatro construido en el local del Palacio, cedido por Felipe III en el año 1.611.

No siempre se impartieron todas las disciplinas en el mismo edificio, ni siquiera después de la construcción del que ha llegado a nosotros. En tiempos del Padre Huesca, los repasos de Teología, Cánones y Leyes, se hacían en los Colegios de Santiago, San Vicente y Santa Osoria.

A fines del siglo XVII, la Universidad había alcanzado gran prestigio y estaba en un momento de gran esplendor. Los alumnos eran numerosos y los edificios principales resultaban insuficientes o inadecuados, por ello se imponía la construcción de un edificio acorde con su rango y categoría. La primera piedra del actual edificio se colocó en 1.690. Esta piedra, con toda la documentación y monedas, se puso debajo del pórtico de entrada. El proyecto lo diseñó Francisco de Artiga, hombre polifacético de no reconocido ingenio: matemático, poeta, tratadista, escritor de los más variados temas, grabador, ingeniero y arquitecto.

Bibliografia: ** "Huesca siglo XVIII", de Antonio y Joaquín Naval Más.



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