Folclorista
y jotero
de orígen oscense
Carlos Vidal Bergés nació
en Huesca el 12 de Agosto de 1932 y falleció el 12 de Octubre
de 2005 en su ciudad natal. Maestro indiscutible del folclore
aragonés y creador de decenas de cuadros escénicos, rondallas
y asociaciones, Carlos Vidal era ante todo -según los expertos-
uno de los joteros que interpretó la jota más pura del
Alto Aragón.
Fundador y director del grupo
oscense Estirpe de Aragonia, Vidal ejerció de profesor de canto,
baile y coreografía. El destino quiso que falleciera precisamente
el día del Pilar, la jornada jotera por antonomasia. Dejó
viuda y cuatro hijos, algunos de los cuales siguieron trayectoria
jotera.
Carlos Vidal dedicó toda su vida
a defender, enseñar y difundir la jota por España y por el mundo.
Supo transmitir a miles de alumnos su pasión por el folclore
aragonés, al que se entregó en cuerpo y alma. Comenzó tocando
la guitarra, era componente del Trío Clavijas, que hacía galas
en salas oscenses; luego se aficionó al baile y llegó a obtener
algún premio como cantador. Se subió por primera vez a un escenario
a los ocho años en el colegio de los Salesianos de Huesca, en
cuyas actuaciones compaginaba el teatro con la zarzuela. Así
mismo, participó en la banda de tambores y cornetas del centro
y estudiaba solfeo y guitarra en la Escuela de Juventudes. En
1942 ingresó en la Escuela de Educación y Descanso para aprender
con el maestro Frago.
Fue Ascensión García, una campeona
de jota de Zaragoza, quien le invitó a aprender a bailar. Con
el Grupo Educación y Descanso, además de tocar en la rondalla,
realizó numerosas actuaciones y tuvo como parejas de baile a
Sarita y María Villacampa, Angeles Montori, Luisa Ferrer, Monserrat
Álvarez y Merche Gonzalvo. Consiguió primeros premios en algunos
concursos como el Extraordinario del Pilar.
En su estilo como bailador destacaban
la perfección en el punteo, la esbeltez en su figura, el manejo
de las piernas y los brazos. Todo acompasado con las castañuelas
y su amplia sonrisa. Pasó por el Grupo San Lorenzo y, tras su
desaparición, se incorporó como profesor en la Agrupación Folclórica
Santa Cecilia.
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Eran los años 50, y Carlos Vidal estaba
lleno de ilusión e inquietudes, por lo que comenzó a viajar por la
provincia para dar clases. En 1966 creó la Escuela Municipal de Jota
de Huesca, en la que impartió clases de baile durante tres décadas.
Han sido miles los oscenses que han
aprendido a cantar o bailar la jota en sus clases, labor que continúan
en su escuela grandes voces y reconocidos músicos e interpretes. Otra
de las facetas de Vidal fue su preocupación por la evolución del folclore.
A partir de músicas clásicas, basadas en la jota popular, montaba
coreografías para sus espectáculos.
Cambiar los pasos tradicionales y adornarlos
para conseguir la espectacularidad en el escenario, fue una lucha
constante durante toda su vida. También autor, recopilador
y adaptador de las jotas de Huesca, Tardienta, Almudévar y Oroel;
y del bolero de Huesca, así como el creador de dos estilos diferentes
de jota: Tengo una pena muy grande y Vengo a cantarte una
jota.
Las instituciones aragonesas y oscenses
reconocieron su dedicación al folclore con diversas distinciones.
Consiguió varios primeros premios internacionales, entre ellos
el de la Europeada de Dortmund (Alemania) y otros muchos premios nacionales
y regionales, como el extraordinario del concurso de jota de Fuendetodos
y el oficial de las fiestas del Pilar de Zaragoza en 1982.
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