Huesca temática

Número 111 - Agosto de 2007 English language Menú pfrincipal


Arguis

Pintoresca y refrescante
parada para el viajero

      Lugar de la provincia de Huesca, próximo al embalse del mismo nombre, sobre el río Isuela. Habitantes: 80 (padrón en 2005). Altitud: 1.044 metros sobre el nivel del mar. Dista de Huesca 22 kilómetros. Gentilicio: arguisano.
      Se llega por la carretera de Sabiñánigo, una vez pasado Nueno, que se tiende a la izquierda subiendo por una ladera, las aguas del Isuela están al fondo, discurriendo cristalinas por un cauce pedregoso. El paisaje se encrespa pintoresco, con la sierra de Gratal a un lado y la del Águila al otro. Frente, una vez en Arguis, se alzarán también las de Javierre, de San Salvador y de Belarre, con el puerto de Monrepós en el vértice, a 1262 metros sobre el nivel del mar. Abajo está el pueblo y al pie del pueblo el embalse, majestuoso espejo donde se miran las cumbres, excepcional panorámica que prende en el viajero. A sólo 22 kilómetros de Huesca cambia radicalmente la perspectiva, es otro el paisaje.
      El embalse aprovecha la foz del río Isuela entre las sierras de Gratal y el Águila. La presa primitiva data del siglo XVIII; y es por tanto, uno de los más antiguos embalses de la región aragonesa. Fue recrecido en 1929, porque estaba, a punto de cegarse. Ocupa una superficie de 18 hectáreas y tiene una capacidad de 3 hectómetros cúbicos. Sus aguas son destinadas al riego de la Hoya de Huesca. La concesión data del año 1336, en que Pedro IV el Ceremonioso otorgó a la ciudad oscense las aguas del Isuela, procedentes de la Foz de Arguis y Nueno. Posteriormente, en 1680, en el artículo 164 de las «Ordinaciones del regimiento de la vencedora ciudad de Huesca», se habla ya de construir un embalse, tal «como se intentó en el pasado». Transcurrieron muchos años todavía hasta que el proyecto, redactado por Francisco de Artigas, catedrático de la Universidad Sertoriana, se materializara en la realidad que todos esperaban. Finalizaron los trabajos en 1704. La primitiva presa medía 22 metros de altura por 12,90 de espesor. El proyecto de recrecimiento, en 1926 -la presa se elevó cinco metros más— fue elaborado por Lorenzo Pardo. De esa forma es posible el riego de 2500 hectáreas en la Hoya de Huesca.
     Arguis, típico lugar, enclavado en el saliente de una bucólica hondonada, sigue siendo centro veraneante. El pueblo se ha extendido a las zonas del llano, junto al embalse, a orillas de la carretera. Modernas edificaciones, con predominio de chalés, evidencian la aceptación que entre las gentes de toda condición tiene tan excepcional paraje. Como contraste, el casco urbano del pueblo conserva su rancio sabor, aunque también le hayan nacido nuevos edificios -la piedra continúa presente siempre- y otros aparezcan convenientemente restaurados. Aún permanecen en pie casas de dos plantas, con su correspondiente falsa, y cubierta de pizarra o de tejas de piedra -losetas- y chimenea cilíndrica con el sugerente remate de espantabrujas, construcciones todas ellas fieles a la arquitectura popular pirenaica. Desde el pueblo se avista la totalidad del embalse. Abajo están la Hospedería y el Merendero.
      La iglesia parroquial es románica, de una sola nave y con ábside semicircular. Da testimonio de su origen, pese a las reformas introducidas en el siglo XVII. La torre se alza a los pies, de planta cuadrada; consta de un solo cuerpo, con ventanal a cada lado para las campanas y remate semiesférico, a base de losetas.
     El templo está dedicado a San Miguel. En 1279 era iglesia de la Prepositura de Huesca. Su retablo más valioso, atribuido al maestro de Arguis, se encuentra en el museo del Prado y se dedica a San Miguel Arcángel, el titular de la parroquia. Se compone de dos calles laterales, en las que se representa la aparición de San Miguel en el monte Gargano (Apulia), según la Leyenda Dorada.

      Este retablo fue trasladado por Savirón y Esteban al Museo Arqueológico Nacional, en 1871, y allí permaneció hasta 1920, en que pasó al Prado. Del maestro de Arguis se sabe únicamente que vivió en la primera mitad del siglo XV, aunque se ignora la fecha exacta de su nacimiento y muerte.
      La orfebrería existente en la parroquial de San Miguel corresponde a los siglos XVII y XVIII, ya que el templo se dotó fundamentalmente a partir de la época de su reforma.
     La advocación mariana tiene su máximo exponente en Nuestra Señora de Soldevilla, cuya ermita, como la iglesia, es también de factura románica, con planta rectangular de tres tramos.
     Hay fiestas para el 22 de Julio. Y también, el 29 de Septiembre, en honor de San Miguel.
      En Arguis llegaron a sumar más de 500 habitantes, mientras que ahora sólo son unos 80, si hemos de atenernos a las cifras dadas en el último censo. Por supuesto, de hecho siempre se juntan más, sobre todo durante el Verano. También hay que tener presente a las familias que tienen allí su vivienda para los fines de semana y vacaciones. Conviene recordar Bentué de Rasal, entidad agregada, con un censo de 9 habitantes en 1991.
      A Bentué se llega por una pista -hoy asfaltada- que nace a la izquierda de la carretera, en una pronunciada curva más arriba de la entrada a Arguis. La unión con Bentué de Rasal es relativamente reciente, pues data de la década de 1960-1970. Antonio Ubieto recuerda que Arguis fue villa en 1076 y lugar en 1785.

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      Entre los hechos más importantes cabe destacar los siguientes: en Junio de 1198, Pedro II de Aragón dió al obispo Ricardo de Huesca el derecho de patronato sobre la iglesia de Arguis. Entre 1228 y 1264, Fortún de Bergua prometió a Jaime I de Aragón y a su hijo Alfonso (para cuando fuese rey) que devolverían los castillos de Arguis y Sabayés si se le devolvían dos mil morabetinos. El 18 de Diciembre de 1255, Jaime I de Aragón confirmó a Fortún de Bergua la donación de Arguis y Sabayés. El 13 de Junio de 1338, Pedro IV de Aragón confirmó a Blas Maza de Bergua la donación anterior. Se fueron sucediendo los señoríos, y así, en el siglo XVI, Duran Gudiol constata que el lugar era de Hugo Urriés. El señorío secular se hizo presente, de todas formas, en 1785. En los documentos de la época se habla de «los castillos de Arguis y Sabayés». En la actualidad, por lo que respecta a Arguis, no se aprecian restos de la antigua fortaleza, en el caso de que la hubiera, pese a que el lugar tuvo siempre importancia histórica.
      En la parte más Sur del pueblo, ha surgido una urbanización en la que predominan bien alineadas casas unifamiliares, de rectas calles, que miran casi todas ellas hacia el embalse.
      Pero sin duda, la belleza del paraje constituye el mayor atractivo de la zona, y es lógico que se piense también en la conservación del primitivo casco urbano, con todo su tipismo, porque es ese pasado el que confiere más valor al presente.

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Alfonso Zapater, habitual consultado en esta sección.  Manuel Tomé  Ver fotografías de este artículo .... * Alfonso ZAPATER
* Manuel Tomé Bosqued


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