Un
acogedor rincón
para disfrutar paz en abundancia
Lugar de la provincia de Huesca,
situado en la Hoya, que forma municipio con Lupiñén. Altitud
de 467 metros sobre el nivel del mar. Dista de Huesca 22 kilómetros.
El gentilicio es ortillano.
Tenemos que llegar la altura
de Esquedas -por la carretera 340 en dirección a Ayerbe- donde
a mano izquierda arranca el desvio para Lupiñén y Ortilla. El
paisaje es llano todavía, dentro de la Hoya de Huesca, aunque
al Norte asomen las cumbres serranas con el característico pico
de Gratal en el horizonte. Hacia el Sur se elevan tímidamente
algunos montes de color ocre, en dirección al embalse de la
Sotonera.
Al poco de pasar Lupiñén, que se adentra a la izquierda
de la carretera, el viajero avista ya el caserío de Ortilla,
con su trazado urbano sobre la llanura, de calles anchas y
rectas en su mayoría. Hay armonía en el conjunto, sin
apenas disonancias. Una cruz de término se alza en uno
de los caminos de acceso al pueblo. Algunas casas, de
buena sillería, lucen piedras armeras en sus fachadas o
bien en la clave del portalón adovelado.
Destaca la iglesia de San Gil, edificio de origen románico,
estilo que todavía se conserva en la nave y en unos
modillones del exterior. Cinco arquivoltas luce la portada,
apeadas en capiteles de temas geométricos. El templo tiene
planta de cruz latina y se cubre con bóveda de cañón,
excepto la cabecera y los brazos del crucero, que lo hacen
con bóveda de lunetos. Sufrió reformas y ampliaciones en
los siglos XVII y XVIII, que le privaron de su primitivo
encanto.
La ermita de Nuestra Señora de
la Garganta es un modesto edificio de una nave, cubierta por
bóveda de sección de arco rectilíneo. La capilla mayor se cubre,
a su vez, con bóveda de lunetos. Las últimas obras proceden
de mediados del siglo XIX, a juzgar por las apariencias. Ortilla
formó Ayuntamiento con Montmesa hasta 1970-1980, en que se unió
a Lupiñén para formar el nuevo Ayuntamiento de Lupiñén-Ortilla,
con capitalidad en Lupiñén.
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La primera mención del lugar parece proceder del año
1118, según investigaciones realizadas por Durán Gudiol
en la "Colección diplomática de la catedral de Huesca".
Fue lugar de realengo, y de su iglesia dependieron las de
La Mezquita, Sargadillo y monte de Secastilla, según refiere
Madoz.
En el siglo XV tenía 18 fuegos, y a mediados del siglo
XIX llegó a censar 348 habitantes. En la actualidad probablemente no supere los 100 habitantes.
Ortilla se muestra mejorado en
su aspecto urbano; sus anchas calles permanecen limpias a pesar
de la profusión de obras de rehabilitación de algunas casas
que, con mucha probabilidad, van a ser ocupadas durante los
Veranos y fines de semana. Realmente, la tranquilidad que se
respira, invita descaradamente al reposo.
La breve visita deja en nuestro
recuerdo, la amplia plaza del frontón, frente a la portada de
la iglesia parroquial, o ese minúsculo y recoleto parquecito,
donde los niños pueden disfrutar con los artilugios de juegos,
... o también una placa adosada a la fachada de una señorial
casa, que dice lo siguiente: "El Instituto de Estudios Oscense,
en homenaje al Excmo, Sr. D. Felipe Perena, Teniente General
de los Reales Ejércitos de España, héroe de la Independencia
Patria e ilustre hijo de Huesca. 2-11-MCMLIX, recordando
al insigne personaje.
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